No negaré que nunca he sido muy dada a cultivarme artísticamente, y aún menos a consumir arte contemporáneo. No me enorgullezco de ello, podría decir incluso que me avergüenza, quizá por eso me resulta tan importante haber visitado esta exposición hoy.
Y es que esta aciaga y gris mañana en Madrid, con la intención de combatir el dolor de cabeza terrible que me persigue desde hace unos días, he acompañado a mi madre a comprar el periódico y el pan. Después hemos decidido dar un paseo y hemos acabado en el Centro Cultural Moncloa, visitando una exposición que ni siquiera sabíamos sobre qué trataba.
Moncloa: Centro y periferia, a través de "un territorio de experimentación conceptual y formal, materializado en todo el distrito de Moncloa, pretende ofrecer a los vecinos una instantánea de las últimas tendencias del arte contemporáneo",
Mi madre y yo éramos las dos únicas visitantes. Había una gran variedad de obras en cuanto a formatos y contenidos (fotografía, vídeo, instalación, ilustración, pintura...).
Las que más me han gustado, llegado o llamado la atención han sido dos:
'1977, recuerdo' de Antía Moure, una pieza mural que habla de abandonos, recuerdos y memorias.
'Moncloa cuántica y el Ser' de Rodrigo Hernández, un vídeo descrito como una "virtualización determinada del barrio de Moncloa en clave esteticista".
Cada vez que mi madre y yo intentábamos entender las obras, nos daba la risa. Pero no como falta de respeto, sino porque creo que este arte no debe intentar entenderse, sino simplemente disfrutarse. Hay que aceptar lo que a cada uno le transmite, porque sea lo que sea, será enriquecedor.
Y es que yo soy de esas que cree que la cultura te hace mejor persona...
1 comentario:
Muchas gracias por tus bonitas palabras.
Da gusto.
Eres, desde luego, la mujer de la utopía cafeínica y del punto de vista granulado.
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