26 de noviembre de 2008

Pernambucano y la folha seca

Antônio Augusto Ribeiro Reis Júnior, 30 de enero de 1975, Brasil: Juninho Pernambucano.

Le he visto dejar al mismísimo Oliver Kahn haciendo la estatua en Champions, le he visto marcar un gol desde una distancia de 40 metros contra el Ajaccio, le he visto ganas siete veces la Liga Francesa con su equipo, el Olympique de Lyon, y aún así este futbolista no deja de sorprenderme.

Con ese gesto serio, tan poco "brasileño", a veces pienso que ha hecho un pacto con el mismísimo Diablo. Y es que esa precisión milimétrica que tiene Pernambucano en su pierna derecha no puede ser obra de Mamá Naturaleza, tiene algo demoniaco. Y si no que le pregunten a los porteros rivales.

Imagino una previa de partido frente al Lyon, a un entrenador cualquiera ordenando de forma tajante a sus jugadores no hacer ni siquiera un amago de falta cerca de su área.
Porque entonces llegará Juninho, concentrado e impasible, colocará el balón, y con el pie casi plano realizará uno de esos disparos secos y duros. Disparos que a los que les dan igual las barreras, los porteros y los postes. La trayectoria es extrañísima, el balón sube y baja a una velocidad indescriptible. La folha seca, le llaman.

El Lyon tiene jugadas ensayadas para llegar al área nada más empezar el partido, porque las del principio del encuentro son sus faltas favoritas. No le gusta que le hablen antes de tirar a puerta, ya es es en ese momento cuando piensa en el balón, en la posición de la barrera, en donde está el portero y en poner bien el pie de apoyo. Dibuja mentalmente el recorrido de la pelota, y le pega.

Y gol.
Centrocampista, es el maestro de los tiros libres, reconocido mundialmente. Y a pesar de ello, Juninho es un tipo callado y en absoluto mediático. Podría protagonizar decenas de spots sacando partido a ese talento innato para lanzar faltas, pero él no es así. Junto a Kaka, es el más formal de sus compañeros de Selección.


Se le intuye un aire solitario, pensativo, cuesta arrancarle una sonrisa. ¿Qué tendrá en la cabeza Juninho? Bueno, eso me lo puedo imaginar: las escuadras de todas las porterías del planeta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Viva! Mer!!